Leyendas Mexicanas
Luis Virgilio
Leyenda del
Maíz Huichol
Los huicholes estaban saturados
de comer siempre lo mismo y querían algo que se pudiera tomar cada día pero de
muy distintas maneras.
Un muchacho oyó hablar del maíz y
de los ricos guisos, de las tortillas y de la sopa que con este cereal se
preparaba.
Pero el maíz se hallaba muy
lejos, al otro lado de la montaña. Eso no lo desanimó y comenzó a andar
encontrándose una fila de hormigas. Sabía que eran las guardianas del maíz por
lo que las siguió.
Después de caminar, el joven se
quedó dormido y las hormigas se comieron su taparrabo y su huipil (toda su ropa),
dejándole tan sólo con su arco y flechas.
Sin ropa y con mucha hambre, el
joven se lamentó. Un pájaro se posó en un árbol cercano y el joven le apuntó
con su arco pero éste le increpó diciéndole que él era el padre del maíz.
Lo invitó a su casa donde
recibiría todo lo que andaba buscando. Cuando llegó se encontró con sus hijas,
cinco doncellas muy bellas, llamadas Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca
Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra.
Mazorca Azul lo cautivó con su
belleza y dulzura, pronto se casaron y regresaron al pueblo. Como no tenían
casa, durmieron un tiempo en el Templo dedicado a los dioses.
Como cosa de encantamiento, la
casa de los recién casados se llenaba todos los días con mazorcas que la
adornaban como flores.
La gente venía de todas partes
pues Mazorca Azul les regalaba mazorcas a manos llenas. La esposa enseñaba a su
marido cómo sembrar el maíz y cómo cuidarlo.
Al enterarse de las delicias de
la comida nueva muchos animales intentaron robarla. Mazorca Azul enseñó a la
gente que debía prender fogatas cerca de las milpas para asustar a las criaturas
que andaban en busca de los elotes tiernos.
Los ancianos cuentan que Mazorca Azul, una vez que
enseñó a las personas todo cuanto sabía sobre el maíz, se molió a sí misma y de
esta manera entregó a la humanidad el riquísimo atole (bebida caliente de harina
de maíz).
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aspectos culturales:
religión
gastronomía
arquitectura
costumbres
Leyenda Azteca
del Sol y la Luna
Antes de que hubiese día, se reunieron los
dioses en Teotihuacan y dijeron: ¿Quién alumbrará el mundo?.
Un dios rico (Tecuzitecatl),
dijo: yo tomo el cargo de alumbrar el
mundo.
¿Quién será el otro?, y como
nadie respondía, se lo ordenaron a otro dios que era pobre y buboso (Nanahuatzin).
Después del nombramiento,
los dos comenzaron a hacer penitencia y a elevar oraciones.
El dios rico ofreció
plumas valiosas de un ave que llamaban quetzal, pelotas de oro, piedras
preciosas, coral e incienso de copal.
El buboso (que se llamaba
Nanauatzin),ofrecía cañas verdes, bolas de heno, espinas de
maguey cubiertas con su sangre, y en lugar de copal, ofrecía las postillas de
sus bubas.
A la media noche se
terminó la penitencia y comenzaron los oficios. Los dioses regalaron al dios
rico un hermoso plumaje y una chaqueta de lienzo y al dios pobre, una estola de
papel.
Después encendieron fuego
y ordenaron al dios rico que se metiera dentro.
Pero tuvo miedo y se echó
para atrás.
Lo intentó de nuevo y
volvió para atrás, así hasta cuatro veces.
Entonces le tocó el turno
a Nanauatzin que cerró los ojos y se metió en el fuego y ardió.
Cuando el rico lo vio, le
imitó.
A continuación entró un
águila, que también se quemó (por eso el águila tiene las plumas hoscas, color
moreno muy oscuro o negrestinas, color negruzco); después entró un tigre que se
chamuscó y quedó manchado de blanco y negro.
Los dioses se sentaron
entonces a esperar de qué parte saldría Nanauatzin; miraron hacia
Oriente y vieron salir el Sol muy colorado; no le podían mirar y
echaba rayos por todas partes.
Volvieron a mirar hacia
Oriente y vieron salir la Luna.
Al principio los dos
dioses resplandecían por igual, pero uno de los presentes arrojó un conejo a la
cara del dios rico y de esa manera le disminuyó el resplandor.
Todos se quedaron quietos
sobre la tierra; después decidieron morir para dar de esa manera la vida al Sol
y la Luna.
Fue el Aire quien se
encargó de matarlos y a continuación el Viento empezó a soplar y amover,
primero al Sol y más tarde a la Luna.
Por eso sale el Sol
durante el día y la Luna más tarde, por la noche.
Esta leyenda fue
documentada por el padre Sahagún, de los propios aztecas.
Luis Virgilio
aspectos culturales:
religión
gastronomía
arquitectura
costumbres
valores: respeto, valentía, solidaridad.
Leyenda del Maíz
Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl,
un dios elegante, alto y con una vestimenta muy formal y peculiar, los aztecas sólo comían raíces y animales que
cazaban.
No tenían maíz, pues este cereal tan
alimenticio para ellos, estaba escondido detrás de las montañas.
Los antiguos dioses intentaron
separar las montañas con su colosal fuerza pero no lo lograron.
Los aztecas fueron a plantearle este
problema a Quetzalcóatl.
-Yo se los traeré- les respondió el
dios.
Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se
esforzó en vano en separar las montañas con su fuerza, sino que empleó su
astucia.
Se transformó en una hormiga negra y
acompañado de una hormiga roja, marchó a las montañas.
El camino estuvo lleno de
dificultades, pero Quetzalcóatl las superó, pensando solamente en su pueblo y
sus necesidades de alimentación. Hizo grandes esfuerzos y no se dio por vencido
ante el cansancio y las dificultades.
Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba
el maíz, y como estaba trasformado en hormiga, tomó un grano maduro entre sus
mandíbulas y emprendió el regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz
a los hambrientos indígenas.
Los aztecas plantaron la semilla.
Obtuvieron así el maíz que desde entonces sembraron y cosecharon.
El preciado grano, aumentó sus
riquezas, y se volvieron más fuertes, construyeron ciudades, palacios,
templos...Y desde entonces vivieron felices.
Y a partir de ese momento, los
aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl, el dios amigo de los hombres, el
dios que les trajo el maíz.
Nota: El
significado del nombre Quetzalcóatl es Serpiente Emplumada.
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arquitectura
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